Después de años intentando levantar este proyecto, por fin este año he podido llevarlo a cabo. Ha costado poder reunir el dinero necesario, a los actores y al equipo técnico, que pudieran por fechas y encontrar la localización adecuada para contar la historia.

Es una trama sencilla, basada en las mil historias que leía de pequeño sobre relatos de suspense. Algo en el subconsciente se tuvo que quedar para que años después me ponga a contar algo parecido a esos relatos de mi infancia. Haciendo algunos cambios y poniendo en relieve los aspectos que más me parecen importantes que mostrar. Hacer este proyecto es quitarme de la mente esta historia que siempre me estaba empujando para salir, que aparecía cuando me ponía a escribir y que después de varios años de empeño por fin ve la luz.

Con gran parte del equipo técnico ya había trabajado en anteriores proyectos, así que ya nos conocíamos bastante para darle más fluidez a la consecución de planos. Para mi esto es una gran suerte. Con Sonia de Carlos (ayudante de dirección) ya hemos trabajado juntos tantas veces que no me cabe entre los dedos de las manos, César Maderal (director de foto) cada vez se van asentando nuestros gustos y nuestro tiempos, con Guillermo Sánchez (foquista) ese compañero que siempre quieres tener en un rodaje, dispuesto a todo y sin perder la sonrisa, Ana Noguera (maquillaje) infatigable y trabajadora como ninguna, David Valero (montaje) cuya maestría consigue que cualquier proyecto sea una maravilla u Óscar Morales (músico) que transmite en sus melodías el reflejo de los planos y los personajes, y a los nuevos que van llegando y espero que se vayan quedando aportando toda la ilusión y ganas de seguir contando historias.

He tenido la suerte de contar con tres actores que son fáciles trabajando, que aportan ideas nuevas sobre sus personajes y que escuchan las indicaciones. Una delicia para un director. El primero al que contacté fue con Aitor Merino, que trabajé con él en una película en Toledo. Mientras estábamos en el rodaje, me di cuenta que daba el perfil perfectamente del personaje de MARIO. Así que una vez que acabamos le pasé el guión y nada más leerlo, me llamó para decirme que estaba encantado con la historia y con el personaje. El siguiente que se apuntó fue Armando del Río, para el personaje de HÉCTOR, esta vez fue gracias a Aitor, que me puso en contacto con él, y que enseguida se entusiasmó por el corto. Por último Julio Arrojo completó el trio. Coincidimos en el rodaje de la primera temporada de la serie “El ministerio del tiempo” y nada más verle, tuve claro que él debía de ser JUAN. Por suerte él pensó lo mismo y después de leer el guión me dijo que estaba encantado.